“Justo en ese momento nació mi pasión y anhelo de estudiar psicología para poder entender y poder legalmente brindar ayuda, en esas áreas tan complejas”

Resumir 20 años de vida es fácil, pero lograr transmitir un mensaje a través de una historia es lo difícil. Mi nombre es Lesdy Mateo y estoy próxima a cumplir veinte años, fui la primera de mi clase durante toda la primaria, se me inculcó el termino de que las buenas notas hablan sobre que soy, no tuve la mejor niñez, pero tampoco la peor, tuve lo que mis padres me pudieron dar, ellos hicieron lo que pudieron con lo que tenían. Y de repente llegó la adolescencia, los cambios y como un extra las tragedias, tenía 12 cuando en ese mismo año perdí dos tíos paternos que significaban mucho para mí. Y ese fue el detonante de una fuerte depresión de 5 años; nunca fui común, mi físico, mi manera de pensar y hasta mi sonrisa, siempre me hicieron sentir extraña, algunas ocasiones en forma positiva, pero la mayoría de las veces eso me dolió mucho; me toco ser humillada, excluida y marcada de muchas maneras y muchas veces, y aun tengo el vivo recuerdo de esa niña de doce años llorando por las madrugadas y deseando ser ayudada, rescatada y quizá amada.

Mi familia me dio lo necesario para vivir, pero me sentía vacía, ellos no crecieron en las mejores condiciones, no recibieron realmente el amor que un padre debe dar y por eso yo no podía exigirlo, pero si lo quería. Durante tres años y medio no pude dormir ni una sola noche completa, normalmente dormía tres horas y con suerte llegaba a dormir cuatro, solamente comía un poco en el almuerzo, no tenía higiene personal, y consumía muchos medicamentos que por mi condición física me debilitaban mucho. No quería nada, no hacía nada y llegué a odiarme y a odiar a todos y a todo, me hice daño de muchas maneras y sí, llegué a intentar suicidarme varias veces, pero fue sorprendente que en todas fallé. En ese momento creí que tenía suerte o más bien que era tan inútil que ni eso podía lograr; al no poder o más bien no querer hablar con nadie sobre lo que me pasaba.

Empecé a escribir mucho, llené muchas libretas con las locuras que invadían mi mente, siempre me gustó escribir de todo, poesía, cuentos, rimas, y luego empecé a convertir esa poesía o frases, en versos. Mi madre me regalo una guitarra y empecé a usarla como un salvavidas, temía a hablar, pero no a cantar. Antes de cumplir 16, mi situación emocional empezó a mejorar, empecé a buscar de Dios y descubrí que había una salida, de repente las ganas de seguir viviendo llegaron y me invadieron, en ese momento quise compartirlo con más personas.

Y empecé a grabarme cantando las canciones que había escrito, muchas personas miraron mis videos y me agradecieron, dijeron que yo les había ayudado mucho y eso fue para mi algo increíble. Y desde antes y mientras viví en depresión mi pasatiempo favorito fue tratar de ayudar a los demás, evitar que otros vivieran lo que yo estaba viviendo. Justo en ese momento nació mi pasión y anhelo de estudiar psicología para poder entender y poder legalmente brindar ayuda, en esas áreas tan complejas.

Actualmente ya estoy estudiando, y he logrado poder ser parte de un grupo de jóvenes que intentan hacer un cambio en esta sociedad tan necesitada, cada que realizamos una actividad y puedo ir y observar la sonrisa tan sincera en los rostros de niños y padres, siento que mi mis cicatrices desaparecen, y veo al pasado y recuerdo que muchas veces deseé recibir algo como lo que ahora yo doy y realmente eso me hace feliz, porque aunque sufrí mucho y ya no puedo cambiar lo que me paso a mí, tengo la oportunidad de cambiar muchas vidas, con acciones muy pequeñas, y gracias a que se lo que es necesitar puedo dar.

Me hicieron daño y ahora yo sé exactamente lo que nunca debo hacer para no dañar a nadie, y es que bien dicen que de las experiencias se aprende. Si volvemos lo negativo más negativo de lo que ya es, no significa nada, pero tomar cada situación para reflexionar y lograr un cambio es la mejor y debería ser la única decisión. Soy muy joven, y sigo luchando con muchas presiones, sociales, mentales y emocionales, pero siempre mantengo presente mi pasado, pues gracias a él ahora ya no soy la misma, ahora sé que cada persona tiene una vida diferente y que no debo enfocarme en superar a nadie, porque mi yo del pasado es mi única competencia, he aprendido que la frase:  los limites están en la mente, es muy real, durante cinco años me dije a mí misma que no podía hacer nada y me creía una fracasada, pero cuando empecé a verme como lo que soy, como una persona muy capaz y muy amada, cuando entendí que fui creada con y por un propósito, empecé poco a poco, a alcanzar muchos de los logros que un día creí imposibles, ahora cada día me recuerdo que yo puedo, una porque no estoy sola y dos porque no vengo de un pasado tranquilo o fácil, pero aun así logré superarlo por eso sé que puedo lograr mucho no solo porque soy capaz, sino porque yo más que poder, quiero y merezco lograrlo, por mí y por la adolescente que durante tantas noches sufrió en silencio.

No llegado ni a la mitad de mi camino y como todos me sigo sintiendo ansiosa por no tener todo bajo control, pero ¿Qué gano con frustrarme a tal punto de estancarme? Lo mejor es ir poco a poco, viviendo cada día al máximo y aprovechando cada oportunidad, sabiendo de que siempre pero siempre vuelve a amanecer.